miércoles, 2 de junio de 2010

EL INJERTO DE LA FAMILIA

Aunque algunos de los mas próximos ya me han oido contar mi teoría sobre la constitución de la familia y como veo yo la evolución de la mia propia, voy a tratar de resumir una imagen sencilla pero, para mi, clara de lo que supone el matrimonio, la llegada de los hijos, su evolución, la evolución del propio matrimonio y el abandono del nido por parte de los hijos.
Para poder resumir todo lo anterior me baso en lo que tengo que hacer con los árboles cuando decido crear una nueva especie.
Para crear un nuevo árbol a partir de otros dos, diferente a los anteriores, con sus propias especifidades, es necesario cortar una rama de cada uno de ellos, hecho doloroso y necesario si quiero separarlo del tronco del que procede, realizar un injerto, hecho vital y necesario, vigilar con mimo el desarrollo del mismo, aplicándole las ayudas necesarias, hasta que, una vez que han crecido las raices aparecen las primeras ramas. También hay que cuidar a estas para que las inclemencias del tiempo y los malos bichos no las malogren. Hasta que por fin tenemos un árbol con un fuerte tronco, frondoso y lleno de ramas y hojas por donde corre la savia que procede de esas fuertes raíces. Una vez alcanzado este momento el árbol está listo para que le corten otra rama y se pueda realizar un nuevo injerto.
A partir de este simil podemos aplicar los diferentes supuestos y ver quien es el que tiene la capacidad de dar esa gracia vivificante que haga del injerto un árbol robusto y de donde proceden ese agua y esas sales minerales que absorven las raices para que pueda llegar la savia a nuestras ramas. En fin, es un humilde y sencillo razonamiento.
En mi caso puedo asegurar que si no llego a contar con la rama que Dios me ha adjudicado como compañera, el árbol no se podría haber sostenido ni aguantado las inclemencias y plagas de 23 años.

3 comentarios:

  1. Joaquín, hemos comido con la rama alegre y revoltosa que Dios te ha dado por compañera y dice que le estás haciendo "la pelota" para ir a Medju. ¡Estas ramas cada vez tienen más vida y son más fuertes!, es una suerte pero tiene sus inconvenientes.
    Un abrazo
    maría Jesús

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  2. Jooooo, se lo tengo que contar a mi madre, que no hace más que pelearse con un cerezo!!!! ( de los que dan cerezas eh????, no mi padre!), que si lo quito, que si lo podo, que si ya tiene flor, que si se las comen los pájaros...

    Fuera de coña, muy bonito Joaquín!!!
    UN besito

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